lunes, 9 de diciembre de 2013

RESEÑA: La princesa Mononoke

Ya que he hecho la reseña de "El viaje de Chihiro", no podía faltar el análisis de la otra obra maestra del estudio Ghibli: La princesa Mononoke. Como ya he dicho, La princesa Mononoke es una película de animación japonesa creada por el genio Hayao Miyazaki, del estudio Ghibli. Dura alrededor de dos horas, y es la tercera película más taquillera de la historia de Japón, después de "Titanic" y "el viaje de Chihiro", y reconocida como una de las películas más "ecológicas" (me refiero que da un mensaje más ecológico) de la historia.


El argumento de la película es uno de los más aclamados del Anime y uno de los que da un mensaje ecológico más potente. Se ambienta en el Japón medieval, dónde los humanos y los animales (controlados por el espíritu del bosque) están librando una guerra de grandes dimensiones. Un príncipe llamado Ashitaka salva a su aldea de un demonio que había tomado a un jabalí y que tenía el poder de destruir a todo lo viviente tan solo con tocarlo. Después de matarlo, Ashitaka se da cuenta de que era el dios Jabalí Nago (el segundo al mando del ejercito de los jabalíes), que debido al odio hacia los humanos y el sufrimiento propio, fue infectado por un demonio, convirtiéndose así en un monstruo. En la pelea Ashitaka es infectado por el demonio, y si no pide ayuda al espíritu del bosque (líder del bando de los animales, que reside en un gran bosque protegido por los distintos clanes de animales: lobos, monos, jabalíes y kodamas, aunque estos últimos son espíritus, no animales) morirá. Des de ese momento Ashitaka se embarca en una aventura llena de peligros, amigos y enemigos que decidirán el destino de su vida y de la relación animales-humanos. En uno de sus viajes conoce a una de las hijas adoptivas de la diosa loba: San (o la princesa Mononoke), que está del bando de los animales, ya que se considera una loba. San intenta asesinar a una líder de una ciudad humana, pero en esa incursión, Ashitaka la intercepta en un duelo contra esta humana, y deja a las dos inconscientes, después abre la puerta de la ciudad con la fuerza de su maldición a pesar de que le han disparado a bocajarro, y huye con San y su montura: Yakul. Ashitaka pierda sus fuerzas, y San al ver que un humano la a salvado, se siente ofendida, ya que ella moriría por su causa de ser un lobo. Los lobos "hermanos" de San deciden comerse vivo a Ashitaka, pero esta los detiene, y le permite a este explicarse. La explicación de Ashitaka la pone aún más nerviosa, y justo cuando lo iba a matar, Ashitaka le dice que es hermosa y se desmaya. El resto de la historia es un constante vaivén de aventuras, persoanjes y mucha imaginación. Arte.

Los personajes son realmente buenos, y un total y absoluto derroche de imaginación. Ashitaka es el típico héroe y la verdad, no destaca por su originalidad, sin embargo me parece un muy buen protagonista que le suma epicidad a la serie y un cierto toque de lucha y peleas. Para mí, la mejor es San (por algo la serie se llama La Princesa Mononoke, por cierto Mononoke, significa: "Espíritus vengativos"), es una chica rara y muy buena peleando (me encanta que en los Animes las chicas luchen bien, joder), y a pesar de ser humana, el tiene un odio a estos poco creíble, haciendo de su vida una completa paradoja. Buenísimos.

La animación muy buena para lo que en esos tiempo se tenía. Realmente, una animación con todo lujo de detalles, y es que Ghibli eran adelantados a su tiempo en todos los aspectos, y en los gráficos también.

La música muy buena, pero no muy destacable, no porque no tenga calidad, sino porque hay otras cosas que sobresaltan mucho más.

En mi opinión La princesa Mononoke es un adelantado a su tiempo y una de las obras máximas del estudio Ghibli. Un completo derroche de imaginación; con un mensaje importante, profundo y definido que transmitir. Unos personajes muy buenos, una muy buena animación y una música bastante buena. Simplemente, no puedo más que rendirme a la perfección de esta obra de arte, y darle la nota más alta posible. Obra de arte.


¡Y LE DOY UN...10! 





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